Éxodos 2022
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8/4 al 6/5
2022
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Artistas:
Vos ahora dónde estás?
¿Ya sabes dónde te vas a quedar?
¿Entendiste cómo funciona?
¿Crees qué vas a cambiar algo?
¿Cómo pedís que te nombren?
¿Cuánto cobras?
El otro día, en un sueño, podía hablar en el idioma en el que pienso en cualquier lugar. Entraba en una tienda, elegía un atuendo y no era necesario pagarlo, dejaba en el piso lo que venía usando como una serpiente que cambia de piel y seguía andando, sintiéndome otra. Pero, aún ahí, no podía entender la mirada de las personas ante mi apariencia. Incluso en ese sueño, en el que parecía que podía sentirme libre, mi imagen era parte de un eco de presencias que susurraban mi origen. Lo extraño era que esos susurros eran imperceptibles para mí.
Mi madre siempre decía que nuestros gestos cuentan más de la historia y ambiciones de cada persona de lo que puede imaginar. Me
acerco una y otra vez a esa pregunta: ¿qué puedo imaginar?
En el primer libro de educación artística que tuve, había un ejercicio que daba como consigna mirarte al espejo y luego intentar dibujarte en un papel, y advertía: no importa que tus trazos no construyan una imagen similar a la que ves reflejada, a partir de este
intento vas a conocer tu apariencia.
Lo que nadie me advirtió es cómo cambia el sentido de la apariencia al cambiar de lugar.
Quise escribir sobre un nosotrxs encendido que acerca gestos diversos, gestos inscriptos en esto que llamamos Arte, poéticas que conviven en una misma provincia en el presente, y traen ecos de una historia más heredada que inventada. Pero pude escribir solo
algunas preguntas en singular, pensando en cómo el arte resignifica las herencias. El arte me permite ser lo que no fui.
Sí, ningunx de nosotrxs estuvo siempre aquí, hemos vuelto o recién llegamos. Necesitamos distancia, refugio, cambiar de piel. Aquí están las sombras, los brillos, las lagunas de incomprensión, los saltos entre las piedras, los juegos con la tierra con el cuerpo con los píxeles, las sumergidas en ríos caudalosos, el viento zonda exigiendo nuevas posturas, la aridez, los fuegos atizados, el riego
cotidiano y la permanente sensación de lejanía.
Andrei Fernandez
Hamburgo, abril 2022